Yo guardo en lo fluvial de la memoria
desobes asombrosos que platean los ríos,
pero anclo el recuerdo en el lugar
donde el lecho de limo
oculta los baleados que no encontró la draga.
Huelo en la sudestada petróleo y madreselva
y de pronto contemplo
la calleja de fachadas de cinc, donde, soldado,
culebrié por el suelo
disparando a los focos
donde el alba ovillaba el color amarillo
y no al muchacho isleño que al atracar con uvas
reventó un bazukazo,
ni contra “Villa Delta”
(letrinas de cartón, techos de aceite Gallo),
barrida desde el cielo
como aldea de naipes que desmorona el soplo.
Si en la V de la mira puse entonces,
en vez del enemigo, el lucero del alba,
¿sería porque Ana bailaba en mis pupilas
o porque en el balcón de la República
nadie salió a decir
a rugiente selva de puños levantados:
¡Patria o Muerte!
¡Repártanse las armas!?
Imar Miguel Lamonega, poeta, militante, gremialista, trabajador de YPF, secuestrado el 23 de diciembre de 1976. Continúa desaparecido.
----------------------------------------------
Hubiera querido traspasarte
Hasta diluirme en tu sangre soñolienta,
Y conocerme al revés,
Y salirme
Y verme al verte
Hubiera querido masticar la noche
Y tragarla muy despacio
Hasta vomitarla y detenerla.
Hubiera querido que tus pies helados
Se quedaran atracados en la cama
Y yo atracarme en tu cuerpo cálido
Y hacernos esclavos infinitos de las ganas
Hubiera querido muchas cosas
Alargar la distancia de mi cuerpo
Abarcarme y abarcarte más...
Entrar, ser vos,
Salir, dejar de serlo.
Apretarte, apretarme.
Estar siempre mojada de tus hijos
Llenarme las manos con tu pelo,
Recorrer con mi lengua las raíces de tus cosas
Todo muy rápido, todo al mismo tiempo...!
... pero el tiempo se viene y hay que caminarlo para hacerlo
Porque desde allá,
Desde donde el carajo está siendo razonado,
Y el fusil ya se abre paso entre los dedos
Porque el hambre ya se transformó en bostezo largo
Y el sueño, como el pan, en un misterio.
Se oye un grito gritando para todos.
El que no quiera escuchar, se irá muriendo
... hubiera querido tantas cosas, dije.
Y no me alcanzó el tiempo.
Rosa María Pargas fue secuestrada el 16 de agosto de 1977. Luego fue vista en el Centro Clandestino de Detención "El Vesubio".
Contactanos
No hay comentarios:
Publicar un comentario