domingo, 14 de noviembre de 2010

A propósito del fantasma setentista y la duda hamletiana

Por Nicolás Prividera

Hace rato que me reconozco en la pregunta por lo generacional, sin que eso signifique buscar un acuerdo con todos mis pares (un ironista dijo que “una generación es un grupo de personas que comparten un tiempo y lugar y se destestan amablemente”). La polémica es parte de ese reconocimiento: uno no discute con cualquiera (al menos no después de cierta edad...). Elijo polemizar, sobre todo, con los que se resisten a ser parte de un grupo que los acepte como miembros (con la excusa de una libertad que nadie les obliga a abandonar), tanto como con los que usufructúan esa pertenencia (siendo muchas veces los mismos que antes la negaban, hasta que se vuelve una demandada “marca”). Todas las generaciones avanzan (a tientas), incluso las que parecen detenidas (incluso las muertas), porque el futuro siempre reescribirá a su manera el cómodo o triste presente.


González Moras dice en su carta acerca de la antología Si Hamlet duda le daremos muerte que: “Somos libres, pero justamente por el hecho de no tener padres”. Es de algún modo una glosa de Borges (“felizmente, no tenemos una tradición, y podemos aspirar a todas”), como él mismo reconoce después al reivinidcar la “necesidad de reivindicarnos libres de toda tradición y a la vez reclamar y ocupar el lugar de las tradiciones que nos fueron arrebatadas”. Pero si cito a Borges no es para cumplir con el rito, sino para hacer notar la no menor diferencia, entre un legado que simplemente muere por causas naturales y uno que es arrebatado. Hay que entenderlo de una vez (Freud mediante): es difícil matar a los padres si otros lo han hecho antes por uno, y literalmente.


Habría que empezar, entonces (si ya hemos empezado...) por separar a los padres de la tradición que encarnaron, y comprender que podemos –debemos- ejercer las armas de la critica sin miedo a desaparecer (sin devolverlos a la nada, y sin asumir las naderías a las que nos condenan los mismos verdugos de la Historia). Porque la orfandad es el peor modo de encarnar la propia tradición: no se puede escapar de ella, de lo que se trata es de reinventarla. Porque negarla es negar la Historia: es declararnos eternautas y condenarnos a vagar para siempre en la tierra baldía, del mismo modo que intentar repetirla tal cual fue es condenarnos a ser fantasmales encarnaciones del (solo así vencedor) padre vencido.


He ahí el abismo simétrico: confundir la Historia con la nostalgia es el gran equívoco en el que pueden caer quienes reclaman el retorno del pasado, ya sea desde la teleología o desde el eterno retorno. Basta ver lo que dice Fenando Alfón, respondiendo a González Moras: “Al preguntarnos tanto por nuestros padres y por las influencias, no hacemos más que confirmar nuestra nostalgia por el paso del tiempo, al que concebimos irremediable”. Alfón citaba antes a Marx (como para quitarse un peso de encima), pero su retornado fantasma parece ser más bien el de Eliade y Nietzsche: “¡líbrate del peso de la historia!”, lo que no deja de ser otra nostálgica tradición, que sustituye el peso del pasado por la vacuidad de un presente sin fin (ese que tan bien representó la poesía de los noventa y buena parte del llamado Nuevo Cine Argentino, por ejemplo).


Probablemente todos los que quisiéramos encarnar otra vieja tradición traicionada podríamos confluir (e iniciar una discusión generacional que no negara la modernidad) en la misma cita con Benjamin, que no era historicista pero que tenía una Tesis (la concepción irredentista de la Historia): su ángel avanza irremediablemente, pero irremediablemente mirando hacia atrás... Lo imprevisto no es lo mismo que lo inesperado: nadie sabe cuando se da(rá)n las condiciones para el cambio, pero eso no significa negarlas u olvidarlas. Porque si el pasado no es mejor per se, tampoco lo es el presente por el solo hecho de serlo. Hay que hacer algo con él: ese es el mandato que recibe cada generación, aunque no todas saben, quieren o pueden, cumplir con esa renovada espera mesiánica.

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