viernes, 24 de agosto de 2012

Hombre nuevo


Por Rodolfo Jorge Axat (y letra manuscrita de Julián Axat)


era una gran reunión atestada de gente que hablaba, reía y se movía. por la enorme puerta del frente entró un muchacho. de inmediato fue presentado, conducido y aplaudido por los presentes, con los cuales no tardó en fundirse. por detrás, exactamente opuesta a la principal, había una puerta de diminuto tamaño a la cual se llegaba por un largo túnel sembrado de trampas.

pensaba que el cuerpo podría resultar como una bolsa de órganos y darle vida cada vez que entraba y salía. pensaba en un cuerpo en guerra.

en eso, muy despacio, se fue abriendo la puerta y apareció en el agujero un extraño de reducido tamaño, vestido con abundante ropa. su cara presentaba signos de intensos golpes, y por la abundante tela roída daba la impresión de tener un único propósito de amortiguar la violencia de ese contacto mundano. no sé porqué sospecho -recién ahora- que tal vez bajo la vestimenta del extraño, existía un cuerpo rectilíneo, flacucho y débil. su cara -ahora deformada-, era el sostén de unas gruesas gafas que disimulaban esa perceptible sensación de monstruosidad en sus ojos escondidos, abichados ahí en el fondo.

pensaba que el cuerpo era también una máquina perfeccionable para la llegada del nuevo hombre.

1 comentario:

  1. Pensé que terminaba ahí, pero veo que hay un texto completo, que ya descargué. Esto lo tengo que leer con mucha paciencia. Para disfrutar! Un abrazo, Juli.

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